viernes, 26 de enero de 2018

Astrolenguas: Acuario

Max Liebermann: En la piscina, 1875-1878. Dallas Museum of Art (Texas, EE UU).

Salimos de Acuario.
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jueves, 25 de enero de 2018

Fuego

Recreación de las Cuevas de Altamira (detalle). MAN, Madrid,

No quería tocar, fueron las voces,
los caballos del alma en estampida,
irritados a una, haciendo herida
en mis centros dormidos con sus roces.
El silencio del mar y los atroces
escorpiones de sol. La luz partida
en el ángulo recto de mi vida
y mi muerte: las horas, tan veloces.
Y las voces por dentro, galopando
cada vez con más fuerza, dando gritos
ante el bronce macizo de mi aldaba.
Hasta el ángel perdió sus alas cuando,
derretido en la cera de los mitos,
me empujaron al tacto. Y Dios quemaba.

(El Escorial, Monasterio, hacia 1972)

Astrolenguas: Capricornio

Maruja Mallo: La mujer de la cabra, 1929

Vale Capricornio.
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miércoles, 24 de enero de 2018

Prespa Márquez


PRESPA from Francisco Márquez on Vimeo.

Visiones en voz alta🎥12). El talaverano Francisco Márquez, uno de los fotógrafos de naturaleza españoles con mayor prestigio internacional, ha dado un paso más en sus tratos con la imagen en movimiento con este reportaje o documental que en realidad se encuentra en la frontera misma del puro cine. Es un hermoso recorrido, con pulso dramático y un sutil hilo argumental, por la región balcánica de Prespa, un territorio lagunar situado entre Macedonia, Grecia y Albania. Sigo la obra de Paco Márquez desde los tiempos, ya casi prehistóricos, de Ecología y Vida (allí publicamos algunas de sus ya legendarias fotos de osos pardos) y es un placer comprobar cómo su madurez artística encuentra nuevos caminos expresivos. Es un honor poder compartirlo. No se lo pierdan.

(Rescatado de mi muro de Facebook)

Astrolenguas: Sagitario

William Blake: Death on a Pale Horse, 1800.
Venga, Sagitario.
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martes, 23 de enero de 2018

Parra llega a la meta

Nicanor Parra: «Ahí se quedan: inventen, vivan». Foto tomada de aquí.
Salta en mi celular, al que algunos llaman móvil, la cortinilla con el aviso de que «ha muerto el poeta Nicanor Parra a los 103 años». Imagino la sorpresa que les agarrará a muchos, no por la muerte en sí, que es cosa de todos los días, sino por caer en la cuenta de la edad. Debe de ser casi un récord de longevidad entre los escritores de nuestra lengua, aunque el maestro Juan Filloy (en lo que ahora recuerdo) superó los 105. Y los nonagenarios son, si no legión (que es cifra diabólica), sí unos cuantos. Morirse a esa edad más que morir debería llamarse transitar, alcanzar la cima, traspasar la meta. Aunque la vida es tan corta que todo sabe a poco. 

Cuando, como es el caso, uno emprende el viaje dejando tras de sí (o acaso por delante) tanta vida, no parece peregrino pensar que de algún modo lo que comienza es otra forma de existencia, liberada por fin de las dulces inclemencias del cuerpo, en alguna imaginaria dimensión de la realidad cuyos habitantes transparentes están ahora mismo alertados por lo que se les viene encima: nada menos que un creador de artefactos inmortales, un bromista impenitente, uno de los más grandes prestidigitadores que haya conocida la madre lengua. Cuando se le concedió el Cervantes, aquí dejamos un homenaje de el reconocimiento. Sit terra levis, maestro Parra. Y que no acabe el juego. Ateo Parra, poeta.

(De mi muro de Facebook)

Si vivo, vivís

¡A
Banksy.on.the.thekla.arp.jpg
Grafiti de Bansky en Bristol. Foto de A. Pingstone

¡A REMAR, RAMERA!
¡RAMERA, A REMAR!

(Si vivo, vivís ·· O viva vivo)


(AJR, 3:12; 3:12; 3:11; 3:9 - Palíndromos ilustrados LXXVIII-LXXXI)