miércoles, 15 de mayo de 2013

Edipo lo pide



Al volver sobre sus pasos se dio cuenta de que también había desaparecido la Sombra.
--Llévame dentro --le dijo a su hija.
Fue entonces cuando les hice la foto.

martes, 14 de mayo de 2013

Palabras en trance


Acaba de llegar a las librerías El escritor de anuncios, una novela del gran maestro de la publicidad Miguel Ángel Furones. No es su primera incursión en la literatura, pero sí parece su apuesta más arriesgada. Y, como no cabía esperar menos, se ha lanzado con una campaña publicitaria de gran calidad, uno de cuyos señuelos principales es este vídeo, a modo de tráiler. La obra coincide en el tiempo (supongo que por puro azar) con el anuncio del estreno de Letris, un nuevo concurso de TVE presentado por Carlos Latre. En uno y otro caso, lo que está en danza son las palabras. Y hasta es posible que alguna entre en trance. Sin tretas, sin trampas, sin trucos. O con ellos.  

viernes, 10 de mayo de 2013

Monaguillo antes que santo (inocente)


Es un papel casi insignificante (Monaguillo 1) en una película enorme (El verdugo). Y sería exagerado suponer que ya estaba ahí quien después daría presencia inolvidable a Paco el Bajo, el más dolorido de Los santos inocentes, o a Malvís, el Bandido Fendestas, uno de los singulares habitantes de El bosque animado, por citar solo a  dos de los personajes que con mayor precisión recuerdo de una filmografía que recorre toda mi vida como espectador. Y de la que también forman parte  unos cuantos títulos de aquellos «productos del cine hispano» a los que se debe que la expresión landismo acabara dando nombre a una imagen tan tópica como patética del macho ibérico en la pantalla (que tal vez se hubiera podido llamar también lopezvasquismo, aunque no fue así).

Pero si nos fijamos un poco en las "maneras" de este Monaguillo fugaz de la gran película de Berlanga (en una secuencia, por otra parte, genial), resulta indudable que ahí ya está presente un estilo, una gestualidad, una manera de mostrarse ante la cámara que anticipan las mejores virtudes interpretativas del  gran actor que ha sido (es: el cine tal vez ofrezca el pasaporte más seguro hacia algún tipo de eternidad) mi tocayo Alfredo Landa, fallecido ayer.

De los numerosos artículos y necrológicas que hoy le dedican todos los medios, me parece destacable el firmado por el escritor y crítico Marcos Ordóñez, que además ha sido su biógrafo.  Puede leerse pinchando aquí. El retrato que nos ofrece del actor no olvida al hombre y, además de contener algunas anécdotas reveladoras (como la referida a la preparación del papel de Sancho Panza), es de una cercanía emocionante.

Descanse en paz quien nos ha proporcionado, y lo seguirá haciendo, tantas horas de diversión y muchos momentos de goce artístico.   

jueves, 9 de mayo de 2013

Intersecciones


(Para una tarde "rara" de mayo)

Leer muy despacio los Adagia de Stevens mientras suenan, en este orden o a la inversa, el Adagio in G Minor de Albinoni y el Réquiem de Ligeti. Recordar fugazmente los fotogramas que una y otra música llevan adheridos. Someterlos a la lógica del pensamiento de Stevens, contemplarlos a la luz de su intuición. En las bifurcaciones, respirar hondo y procurar no pensar en nada. O solamente en la cláusula [161]:

The eye sees less than the tongue says. 
The tongue says less than the mind thinks.


Imagen: Descensión (detalle), de James Alridge (2009). Tomada del blog Las arañas de Sibila.


martes, 7 de mayo de 2013

Indicios vehementes



Poner en blanco los espesos sueños
al despertar de cada día    Alzarse
como palmera de presencia indócil
entre la terquedad y la codicia
Darse de todo --menos cuenta    Hacerse
como abalorio que se cruza y ata
en su terror menudo y aún salvaje
una gregaria confusión de sombras
Y empeñarse
sobre el costado azul de la intemperie
en no decir de forma que conduzca
al mismo y cálido y espirituoso
lugar común:
rincón de las polillas,
bostezo soberano,
seno de la nostalgia o humo innoble
donde... qué sabes tú que así te jactas!

Son solo vidrios, cintas de colores,
brillos tardíos de la tarde,
                                                  indicios
de una impostura que no tiene fin.


Fotografías © AJR, 2011

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Indicios vehementes es el expresivo título que Ana Rossetti puso al libro (1985) que la confirnó como la poeta con mejor dominio de los motivos eróticos, entre todas las «diosas blancas» de entonces. En lo que recuerdo, fue ella la que abrió en nuestra poesía de fin de siglo un camino de cálida imaginería claramente sexual, que ha sido transitado después con desigual fortuna. Nada más escuchar esta tarde que la Audiencia de Palma no ha encontrado «indicios vehementes... de que la Infanta [Cristina] conociera, se concertase, ni participase activa u omisivamente en el presunto plan criminal urdido por su marido y su socio Diego Torres, tendente a cometer un fraude a la Administración con ocasión de los contratos de colaboración a que se contrae la presente causa, ni a través de ellos a apropiarse ilícitamente de fondos públicos» (perdón por la larga cita), me he acordado con vehemencia nominal de aquel libro. En el cruce de caminos que es cada día, hoy se han juntado el poema que incluyo arriba, que fue escrito hace ya algunas semanas y del que nunca sospeché que acabaría titulándose así, y el eco e hilo de una expresión que, entre otros impulsos apenas resistibles, me han llevado a leerme integro el citado auto de la Audiencia de Palma. Toda una audacia, de 61 largos folios de duración, que no les recomiendo, a no ser que quieran opinar con conocimiento de causa sobre el asunto o, en su defecto, sean amigos de los funambulismos verbales capaces de sostener una cosa y la contraria en el mismo alambre (o línea). Menos mal que ahí están, entre otras posibles alternativas, los poemas de la Rossetti, hoy convocados en extraña compañía, para desquitarnos de tanta prosa leguleya.

domingo, 5 de mayo de 2013

Átomos, toma a toma


Un niño y su átomo es una película animada de IBM protagonizada por átomos actores. La empresa lo presenta como «la película más pequeña del mundo». Fue rodado con la ayuda de microscopios de gran potencia que muestran los movimientos de los átomos ampliados cien millones de veces. El dispositivo de filmación utiliza una aguja muy fina sobre una superficie de cobre para atraer o repeler a los átomos y las moléculas y captarlos en una ubicación determinada para así componer los dibujos. El resultado es esta especie de juego de la pelota que en algunos momentos, sobre todo hacia la mitad, tanto recuerda a aquellas pioneras máquinas de ping-pong (o de tenis, según la imaginación o preferencias de cada cual), lentas como viejas caravanas del Oeste, pero también fascinantes heraldos del despliegue tecnológico en el que hoy vivimos. Pura arqueología informática, sin duda. Alguien ha saludado el corto como una especie de tráiler del llamado ordenador cuántico, esa frontera con lo infinitesimal y más allá que, al parecer, está a punto de cruzarse.

Tratándose de la empresa de que se trata, es inevitable acordarse de aquella criatura mítica de la robótica y el cine, HAL 9000, el robot controlador, díscolo y sentimental de 2001: una odisea del espacio al que IBM dio no sólo nombre (por el simple desplazamiento hacia atrás de las letras I, B y M en el abecedario) sino también el recuerdo más antiguo: la estremecedora canción Daisy con la que se le quebraban la voz y la existencia. Ya lo comentamos aquí.

Entre varios cruces de caminos, y aprovechando que la palabra átomo está llena de sugerencias combinatorias, algunas en extrema consonancia con la peliculita, aquí dejo este palíndromo precipitado en la redoma verbal como un fruto del invierno que, por fin, parece alejarse...

LA HELADA TOMA ÁTOMO MOTA A MOTA: ¡DALE HAL!

[RAA, 9:33, Palíndromos ilustrados, 19]

jueves, 2 de mayo de 2013

Évole lo ve

Juan Cotino y Jordi Évole durante un momento del programa.
Me lo había perdido, pero las repetidas alertas que sobre él he recibido (Lindo, Trueba, Vertele) me han llevado a localizarlo en la red. Me refiero al último programa de Salvados, («Los olvidados») emitido en La Sexta el pasado 28 de abril (2013), un reportaje sobre el trágico accidente del metro de Valencia que en julio de 2006 costó la vida a 43 personas. Es un trabajo realizado con su habitual solvencia y claridad por Jordi Évole y su equipo, a quienes probablemente se deba la mejor televisión informativa que puede verse en nuestras múltiples pantallas, casi la única en los canales convencionales. Me parece un aldabonazo periodístico de tal calidad que no me resisto a colgarlo, por si alguno de los huéspedes o visitantes de esta página aún no lo ha visto. En efecto, ÉVOLE LO VE (hay nombres que son un destino) y lo cuenta, lo pone delante de nuestros ojos olvidadizos, con su estilo sencillo, incisivo, inteligente. En medio del telegriterío ambiental, nadie maneja como él los silencios. Los suyos y los ajenos, como demuestran de modo clamoroso los últimos minutos del vídeo, en verdad estremecedores.Y sus denuncias, en los tiempos que corren, son también ejercicios de resistencia social, y con efectos reales inmediatos. Por muchos motivos debemos darle las gracias.

[RAA, 3:9. Palíndromos ilustrados, 18]