martes, 31 de octubre de 2017

Tra(ns)ición

Goya: Desastres de la guerra n.º 71: «Contra el bien general».
Aguafuerte y bruñidor. Creado hacia 1814.
La historia se volvía a escribir entre paréntesis.

lunes, 30 de octubre de 2017

Limbo

Esto es un juego: tienes que pasar debajo de una estela dada 
y, tras cada pasada, te vas a encontrar más cerca del suelo.


Pantalla del videojuego 🎮«Limbo», de Playdead. 
Su trama cuenta las aventuras de un niño que busca a su hermana en un entorno siniestro. 
Pura ficción lúdica.

domingo, 29 de octubre de 2017

Sortilegio

Dragolivo en Los Narejos. Foto: © AJR, 2010.
¿Y si el dragón fuera sólo fruto de la histeria colectiva?

sábado, 28 de octubre de 2017

Final

Brueghel el Viejo: Juegos de niños, Kunsthistorisches Museum, Viena.
Estos juegos no acaban con la muerte.

viernes, 27 de octubre de 2017

jueves, 26 de octubre de 2017

Laberinto (b)

«Teseo y Ariadna junto al laberinto de Creta», grabado del orfebre
y grabador florentino Baccio Baldini (s. XV).
Al alzar la vista comprendió que la única salida posible era la puerta de entrada.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Sanzol premiado

Alfredo Sanzol, retratado por Luis Castillo. Tomada de aquí.
(Lecturas en voz alta, 23). A nadie que esté mínimamente atento a la actualidad teatral le habrá pillado por sorpresa la concesión del Premio Nacional de Literatura Dramática a Alfredo Sanzol (Pamplona, 1972). También es verdad que, incluso para algunos de los integrantes de eso que hasta anteayer se denominaba «gente bien informada», puede que sea ahora mismo cuando sus vidas se estén cruzando con alguien por completo desconocido. De hecho, no hay ni una triste biografía de Sanzol en la Wikipedia, ese centón universal. 

La cultura, o con mayor precisión, lo que hasta hace unos años entendíamos como cultura, se ha dinamitado y desfigurado de modo tal, que es ya muy difícil saber a dónde hay que dirigir los ojos para estar al tanto de lo que de verdad se mueve y además importa. No es una novedad. Es una desgracia. Y el signo de los tiempos, que ya no van a volver atrás.

Dicho lo cual, quiero celebrar que la lotería de los premios se haya fijado en un escritor dramático que lleva años batallando en el teatro de la palabra, en la renovación y ahondamiento de un género, igualmente cercano a la poesía y a la narrativa, y que sigue teniendo la capacidad de decir, en instantes de duración inexcusable, cosas que nos atañen de verdad y nos hacen volar en varias direcciones. 

A Alfredo Sanzol le han dado el premio por su penúltima obra, La respiración, pero de modo no sorprendente se lo podrían haber concedido en el último lustro por textos tan espléndidos, actuales y significativos como Días estupendos (2010), la primera obra suya que vi, En la Luna (2011), Aventura! (2012) o La calma mágica (2014), comedias inteligentes y poéticas que entroncan con la mejor tradición hispánica. Pero también con la catarsis del teatro clásico o el humor de los Monty Python. Y que en conjunto suponen ya una trayectoria imprescindible en la historia de nuestro teatro, si es que tal cosa sigue teniendo en el futuro algún sentido.

Esta conferencia del autor premiado en la Juan March, aunque pronunciada en la casi paleolítica fecha de enero de 2015, es una pista valiosa para acercarse a una obra y un proyecto creativo que merecen de verdad la pena. Hay en ella, entre otras, una cita aprovechable y digna de meditación: «El placer de crear para otros no tiene límites».

Avizor

El hedor del error era tan intenso que ya se percibía a simple vista.

martes, 24 de octubre de 2017

Fantasmas (a)

Man Ray y Marcel Duchamp jugando al ajedrez
 en París, en 1960.
—Mire, Marcel —le dice sonriendo con ojuelos traviesos—, lo importante es que todavía podemos hablar de otra cosa.

lunes, 23 de octubre de 2017

Clepsidra

Santiago Rusiñol: Jardín de las Elegías. Son Moragues (hacia 1903).
Los minutos goteaban como si el tiempo se estuviera desangrando.

domingo, 22 de octubre de 2017

Honda nada (la quiebra)

Tramo del Ebro próximo a su entrada en tierras de Cataluña.
Al despertar, la falla del Naciente, por sobre el orbe del Ebro, era ya una hondonada. 

sábado, 21 de octubre de 2017

La vuelta a Casa

Fotograma de un conocido anuncio de embutidos.
«..., ja sóc aquí!», dijo el mes de octubre. Y muchos comprendieron.

viernes, 20 de octubre de 2017

jueves, 19 de octubre de 2017

Segunda parte

La imagen puede contener: una persona
«Descenso de Eneas al Hades», óleo de Niccolò dell’Abate. Siglo XVI. Galería Estense, Módena.
Todos callaron y, atentos, mantenían fijas las miradas.

martes, 17 de octubre de 2017

Cataluña Octubre '17

(Recopilo aquí algunos los comentarios que he publicado en mi muro de Facebook sobre la crisis de Cataluña. Tal vez alguna día vuelva sobre ellos, confío en que como mera curiosidad o recuerdo ya digerido de «Los días que cataluñizaron nuestro ánimo», sin más graves consecuencias.)


La historia detrás de la foto de las chicas con banderas catalanas y españolas


17 de octubre,

(La cuestión palpitante). Uno de los efectos más positivos de la Transición, y tal vez el que mayor agradecimiento suscita, es el de haber dejado reducida la extrema derecha en nuestro país, también llamado España, a una dimensión poco menos que simbólica, salvo por la impregnación de sus fanatismos en ciertas conductas políticas muy concretas o en los tics autoritarios de determinados personajes —algunos de ellos verdaderos talibanes con micrófono—, pero en ambos casos, y por fortuna, democráticamente controlables y reductibles por el funcionamiento de la ley. Algunos ramalazos de esa barbarie, en su mayoría disfrazada bajo el "hooliganismo" futbolero, se dejan ver aquí o allá. Pero en dosis muy inferiores a las que se advierten en países de nuestro entorno, aunque la publicidad y reiteración que alcanzan a veces nos lleven a percibir erróneamente su importancia.

No ha ocurrido lo mismo, en cambio, con la educación del espíritu nacional, que de asignatura nacionalcatólica impartida de forma obligatoria en toda la piel de toro ha devenido, por mor de las transferencias educativas, en cultivo minucioso y exagerado de las idiosincrasias y folclorismos de todo tipo, a menudo cristalizado en una exacerbada valoración de lo propio. En los casos en que esa libertad de cátedra ha operado sobre identidades fuertes, con sus conocidos bucles melancólicos, ha terminado resucitando viejos fantasmas del peor romanticismo, sometidos a esa simpleza que consiste en afirmar que por haber nacido en un lugar en vez de en otro somos lo que somos y lo que nos creemos, y más que nadie.

Nada es tan simple, claro, pero asombra comprobar que simplismos de facto tan evidentes no sólo conquistan cabezas —tal vez con la coartada del corazón y bajo la doble mentira del odio pacifista— y nublan inteligencias que, a veces con símbolos de pasadas revoluciones en la mano, prestan su entusiasmo para avanzar por la senda de la más rancia épica en franca camaradería hacia el desastre. Algunos no son capaces de verlo, y su ceguera sirve de apoyo pasivo y papanatas a los planes y estratagemas de quienes, poseídos por el fanatismo del rebaño propio, van en manada hacia el alto despeñadero de la patria, y quieren conquistarlo y arrebatarse sin cesar en su fervor mezquino, cueste lo que cueste.

Y sí, no cabe descartar que en esa deriva, la derecha extrema casi inexistente acabe volviendo por sus fueros (propios) y todo se traduzca nuevamente en una variante de guerra carlista, aunque en formato laico, posmoderno y digital. No sé si estamos aún a tiempo de evitarlo. Ojalá se encuentre la fórmula capaz de reducir esa grieta cada día más amplia. Y que la vía de solución, sin duda dialogada pero sin romper la mesa, nos permita dedicar la energía necesaria para corregir el verdadero mal, que es en realidad el grave problema que tenemos pendiente en todas partes: la impunidad de la corrupción y la obscena perpetuación del mal gobierno.

15 de octubre,
Resultado de imagen de washington post Catalunya
(Lecturas en voz alta 📰17). Para que la democracia no muera en la oscuridad o en los malentendidos, hay que seguir pensando. La puesta en primer plano de los sentimientos como criterio para las decisiones políticas hace necesario un esfuerzo suplementario de racionalidad. Y a ser posible ampliando el foco, ensanchando la perspectiva y empleando el pensamiento lateral, más allá de las costumbres y el peso de las emociones primarias. Dignas de ser sentidas y vividas, pero también de ser analizadas para no caer en sus espejismos. Esta colección de referencias de un medio tan prestigioso como el Washington Post puede ser una herramienta idónea. Se la brindo especialmente a mis amigos catalanes, tanto de dentro como de fuera de Cataluña. Y tanto a los nacidos a la sombra de Montserrat o el Canigó, como a quienes proceden de rincones muy diversos de la madre Tierra. Y, por supuesto, como quería el clásico, a la afición en general. Con todo cariño. 


13 de octubre,

(NMA, ✋️🌞12). Son tantas las cosas que amamos de Catalunya que causa un poco de tristeza tener que especificarlas. Muy por encima. Está la lengua de Espriu, de Pla, de Pere, de March, de los trovadores. Las calles de Barcelona. El barrio de Sarrià. El amanecer en Roses, la subida a Sant Pere de Rodes, las casas y el azul de Cadaqués. Girona de los dragones, los laberintos judaicos y del cul de la lleona. Torres de la Vall de Boí. Los senderos de Aigüestortes, la lotería de Sort. Serrat, entero y sin fisuras. Casals y Tete Montoliu. La rumba, el Gato y Peret. Los calçots y el Hispània de Sinera. El cine de Villaronga, de Pons, de Rovira-Veleta. Els Joglars (sí, todavía) y Comediants. El Tricicle y La Trinca. La muy noble charneguía, su mezcla vivificante, con Marsé y Gil de Biedma a la cabeza. Maragall y la vaca de su abuelo. Y, en fin, en el estante más noble de mi biblioteca, unos tomos sueltos del «Costumari català». Tal vez la clave todavía esperanzada de un resumen imposible sea aquella canción de Sisa: «Qualsevol nit pot sortir el sol». Así lo dejamos contado en La Posada, hace ya algunos años y a ritmo de palíndromo.




12 de octubre,


(Lecturas en voz alta, 📺📯16). Ya se me van quedando lejos los años, breves pero intensos, en los que una de mis ocupaciones fue la de impartir cursos de comunicación en empresas. En ellos pude vivir algunas experiencias curiosas, como la de comprometer seriamente en la composición de un soneto a toda la cúpula directiva de una destacada empresa del sector industrial. Y con resultados no del todo desdeñables. Durante esa época me interesé a fondo por el lenguaje no verbal, a partir de fuentes primarias como el clásico manual de Flora Davis y tras profundizar en algunas otras referencias interesantes recibidas en la Facultad de Ciencias de la Información durante los estudios de periodismo. El lenguaje no verbal ha tenido desde entonces una presencia cada vez mayor, aunque todavía muy secundaria, a la hora de contextualizar el análisis informativo, y sobre todo se ha convertido en una asignatura principal en el entrenamiento de políticos, directivos y comunicadores en general.
Este artículo de Martín Ovejero, recibido en mi red de LinkedIn, me parece que contiene, junto a muchos detalles bastante obvios, algunas precisiones perspicaces sobre la ya celebérrima sesión del pasado día 10 vivida en el Parlament de Catalunya, cuyos reales extremos significativos, a fuer de infrarrealistas más que surrealistas o «dalinianos» —como también se han calificado por evidentes proximidades—, aún están pendientes de desciframiento. La conclusión del analista es que Puigdemont y el bando independentista, con sus diferentes grupos y líderes integrantes, evidenciaron con sus gestos, posturas y ademanes una clara «experiencia de derrota», pese a que la tramoya externa de la escenificación quisiera transmitir algo bien distinto.
El análisis, como digo, contiene datos interesantes y es digno de lectura. Lástima que, más allá de la especializada disciplina de la comunicación de la que parte, no tenga en cuenta que el proceso comunicativo incluye también otros ingredientes y preste tan escasa vigilancia a los aspectos discursivos y semánticos de la información. Quiero decir que debería cuidar un poco más la redacción, la sintaxis, la claridad del mensaje. Incluidas cuestiones tan básicos como la correcta grafía de los nombres, empezando por ese "Puigdemon", que a estas alturas ya hasta los correctores automáticos de las principales redes tienen bajo control. Sin necesidad de ser quisquilloso, la correcta ortografía debe formar parte del decoro exigible en la emisión de cualquier mensaje escrito. Es, en cierto modo, el «lenguaje no verbal» de la escritura.


11 de octubre,
No hay texto alternativo automático disponible. (NMA, 🤡11). Comienzan a llegar los apoyos internacionales que, entre otras cosas, busca Puigdemont con su independencia en diferido. O ese «proceso de defirimiento para la implementación definitiva del tránsito hacia la independencia», que dice Sergi Saladié, diputado de la CUP en el Parlament. Sin parpadear. Este lenguaje de ejecutivo de medio pelo, injertado en un discurso supuestamente antisistema, dice mucho del papanatismo y patanismo con que la parte menos cerebrada de la población catalana está complicando la vida de sus conciudadanos, que somos todos. ¡Pero qué les han enseñado a estos chicos y chicas en la escuela! No es extraño que los de Charlie Hebdo, con la lupa exagerada pero esclarecedora del humor, lo vean así.



10 de octubre,

Si no hay "seny" 
que haya sensatez y cordura 
para que vuelva a haber "seny".


10 de octubre,

(Novelas de unas pocas líneas, 42)
Sin fronteras
La carcajada entró por Port Bou y, tras resonar en todas las montañas sagradas, acabó en un escape de gas por la partes bajas del desfiladero. «Prosiga el Mosén», dijo el senador.

La imagen puede contener: interior
Óleo de A. de Vargas: El niño tambor del Bruch, s. XIX.

Diez días que «cataluñizaron»
al mundo y una hora 
que arrugó a Puigdemont.


9 de octubre,

Leo algunas reacciones sobre el discurso de Borrell en la manifestación de ayer y me asombra la forma en que mentes otrora sensatas se dedican a meter palos en las ruedas de la poca cordura que va quedando. Supongo que de forma inconsciente, porque las intenciones hay que ponerlas a salvo. Pero tampoco hay que echar en saco roto la figura del «tonto (ingenuo) útil». Gentes que hasta hace poco defendían una actitud de apertura mental, criticaban la irracionalidad insolidaria del nacionalismo y ponían como eje central de sus opiniones políticas un mundo con cada vez menos fronteras, militan ahora en una actitud radicalmente contraria. Y son capaces de hacerse trampas en el solitario para intentar justificar su viraje hacia posiciones racionalmente incompatibles con las que hasta ahora defendían. Aduciendo, en ocasiones, motivos sentimentales, muchos de ellos escudados en la «brutal represión» del día 1, aunque en privado reconozcan que de brutal tuvo poco. Y que las barbaridades que estaban esperando, aunque las hubo, fueron contadas. O no llegaron a producirse. Pero son ahora la roca firme en que se apoya su cambio de criterio. Aunque puede que todo sea un gigantesco equívoco, y a la inconsciencia (o tontuna) haya que unir la hipocresía. O, incluso peor, el cinismo. Habrá que documentar estas posturas para saber dónde estaba cada uno y qué hizo cuando aún parecía posible evitar el desastre.


8 de octubre,

Gran discurso de Borrell en Barcelona. Ya había desmontado, como nadie, las mentiras del nacionalcatalanismo. Sus palabras de hoy son de una cordura luminosa. La necesaria sensatez. Y crean un gran momento: una referencia ya inexcusable. Ojalá marquen también el camino para encontrar la salida del atolladero.



8 de octubre,

Gente que sale a la calle, 
en su inmensa mayoría, 
para poder volver a casa.



7 de octubre,

Seny, cordura. No hay otro camino. Me identifico con lo que cuenta Muñoz Molina en este artículo, que tan bien describe mi propia desazón, y tomo especial nota de este párrafo: «Lo urgente es establecer, improvisar, un espacio de concordia, por precario que sea, empezando por el logro mínimo de esforzarse uno mismo en no decir nada o hacer nada que pueda agravar el encono».


6 de octubre,

(Lecturas en voz alta, 🛎14). Ojalá haya alguna fisura en la lucidez de Montano (quiero decir, en sus argumentos y, sobre todo, en su conclusión). Pero su visión de lo que está pasando, desde la perspectiva de una generación que por poco no llega a ser la mía –aunque puede que también me escurra de ella por abajo–, me parece que logra enlazar los tres o cuatro factores determinantes. Veremos (ojalá) lo que el tiempo acaba sentenciando. Y confiemos en que no sea tan nefasto como algunos pronósticos auguran. Que, además de sentenciar, el tiempo (nos) agota.



4 de octubre,

Última hora. La Generalitat puede estar pidiendo la mediación del Vaticano. Tiene su lógica en un procés ideado por un mosén.


3 de octubre,

Otra vez vuelve l'estaca. 
Los vampiros huelen sangre.
«Ese Llach, cállese»


3 de octubre,

Las lágrimas de Piqué. Qué gran ocasión perdida para contribuir a la convivencia. No sé si, a estas alturas, es posible observar sin prejuicios la reacción del jugador del Barça y de la selección nacional española. Me gustaría intentarlo. Sin dejar de relacionarla con la fácil deriva hacia el patetismo potenciada por muchas imágenes bochornosas, deleznables, de lo que estamos viviendo, yo me creo y comparto la tristeza de Piqué ante la cruda violencia del 1-O, empatizo con su defensa del pueblo catalán como colectividad pacífica y sensata, y hasta me puedo llegar a emocionar ante las lágrimas que acuden a sus ojos azules de "noi" bien alimentado, de chicarrón del Este. Pero qué poco le hubiera costado añadir algún explícito reconocimiento, poco más quizás que un gesto educado, hacia esa otra parte, también innegable, de su condición de deportista triunfante a la que le debe un haz no menor de su proyección internacional y, por ende, un tampoco despreciable porcentaje de su pecunio: España. No se hubiera arreglado nada con ello. Pero tendríamos, aunque pequeño, un indicio de esperanza. Lástima de ocasión perdida. Cada vez quedan menos..


2 de octubre,

(NMA, 10😨). Respecto a las declaraciones de Rafael Nadal sobre lo ocurrido ayer en Cataluña, me llama poderosamente la atención que nadie, al menos que yo sepa, le haya reprochado la «barbaridad» de una de sus afirmaciones. Copio literalmente: «No es el momento de buscar culpables, aunque sí los hay. Las guerras normalmente las hacen los poetas, al final ha habido gente que ha querido manipular información encendiendo más de la cuenta a la sociedad y esto ha generado un caos que no debería suceder en el siglo que estamos». No es difícil tratar de entender que cuando dice «poetas», lo que quien tal vez sea el mejor deportista español de la historia esté queriendo criticar sea el exceso de vehemencia, de retórica, de demagogia. O que incluso esté citando alguna opinión oída o leída en algún lugar. Pero no deja de ser espeluznante (sic) que, tan llana como impunemente, se pueda utilizar la palabra «poeta» como sinónimo de demagogo, exaltado, mentiroso incluso. Tal vez de confusiones conceptuales como esta —puede que anecdóticas pero también significativas— esté empedrado el infierno de evidente incomunicación y borrosas realidades sobre el que va creciendo el desastre que vivimos.


2 de octubre,

Entre senyeras, rojigualdas, táperes y urnas, de momento quien de verdad "gana" 
es el comercio chino.

2 de octubre,

Lo peor de la violencia desmesurada, injustificable, absurda de ayer es que supone un salto cualitativo en el estado del problema, ha arruinado toda posibilidad de resolverlo desde dentro y está a punto de convertir en cautivos sin posible redención a quienes hasta antes de ayer mismo no estaban dispuestos a asumir que un pueblo pueda ser secuestrado por sus demonios. Y no hablo ya de Catalunya ni de Cataluña. Hablo, como Jaime Gil, de este país de todos los demonios que parecía haber encontrado en las últimas cuatro décadas un camino de convivencia posible y que, de no mediar un verdadero ESFUERZO COLECTIVO, corre el peligro de volver a hundirse en una honda nada de odio y miseria. Lo peor de la violencia de ayer es que puede convertirse, por una y otra parte y por todas las partes, en la coartada infame e irracional de un terror mayor.

2 de octubre,
Suscribo este análisis lúcido, mesurado y muy completo desde el punto de vista, digamos, humano, de Jabois. Lástima que opiniones así no estén en el centro de este maremágnum.

1 de octubre,
Última hora en Catatonia. Por fin la cuestión llega a niveles serios: el partido Barça-Las Palmas en peligro.

No hay texto alternativo automático disponible.


1 de octubre,
Cómo no recordar la lúcida sextina de Jaime Gil de Biedma. Quizás nunca antes escuchada con tanta tristeza. Y desazón.

Epitafio

No hay texto alternativo automático disponible.
Sepulcro del papa Gregorio V en la Basílica de San Pedro. Fallecido en 999.
«Creo que nada. Sólo el nombre».

lunes, 16 de octubre de 2017

Cielo prohibido

La imagen puede contener: cielo, crepúsculo y exterior
Atardecer sobre el parque del Retiro, Madrid. © AJR, 2017
Qué haces aquí. En mitad de la nada. Tan consciente de todo. Tan vulnerable.

domingo, 15 de octubre de 2017

sábado, 14 de octubre de 2017

viernes, 13 de octubre de 2017

Etimolatrías

No hay texto alternativo automático disponible.
Portada de una edición de Los cuatro libros del virtuoso caballero Amadís de Gaula.
Con mucho disimulo, el caballero se mira bajo la entrepierna. Pero no logra salir de dudas. O falta cuerpo. O sobra nombre.

jueves, 12 de octubre de 2017

Escribir en sueños

(Lecturas en voz alta🕯15). Leo en la prensa de papel la columna de Leila Guerriero, la escritora y periodista argentina de las íes movedizas (siempre dudo dónde van, tanto en el nombre como en el apellido). Y, como tantas otras veces me ha ocurrido con sus textos, de inmediato me siento identificado con la precisión del relato: ha conseguido expresar con plena nitidez una experiencia que he vivido algunas veces, no muchas pero sí las suficientes como para no haberlas olvidado. 
Resultado de imagen de El sueño del escritor
«El sueño de Dickens», por Robert W. Buss, 1875.
Se trata de esa seguridad incomprobable pero imperiosa de que hemos tenido, mientras dormíamos, un sueño decisivo sobre algún asunto de escritura que nos traía de cabeza. Una escena o situación en la que nos ha sido revelado el verso perfecto para un poema, el paso siguiente de un relato, la intervención precisa de un personaje que consigue cerrar de forma sugerente alguna historia, el hallazgo del punto de intersección justo entre la ficción y la realidad por donde discurre la literatura que de verdad nos interesa y nos conmueve. 
En algunas de esas ocasiones, tal vez en una sola, la sensación al despertar ha sido la de haber estado en contacto con una obra completa, cerrada, perfecta. Y, lo que es más extraordinario, seguros de haber sido conscientes de estar en un sueño de forma tan aguda, que una de las preocupaciones principales era dejar urdida alguna estratagema capaz de permitirnos recuperar el camino de vuelta hacia el tesoro, ya que algo nos dice siempre en esas ocasiones que no podemos cruzar al otro lado con el tesoro mismo. 
Y como apunta Leila, en la confusión del despertar nunca queda nada de tanta perfección, sólo el aura vaga de lo que pudo ser la clave del secreto. Y, si acaso, un hilo de luz invisible entre los dedos que nos vuelve a llevar hacia el cuaderno, el teclado, la pantalla... para intentar atrapar el rastro fugitivo del bulto de una imagen, el fulgor del espacio en blanco, el contorno borroso de la pérdida. O también, como ahora, en la ensoñación en que la lectura de la columna de Lelia Gueirrero me sume, a recuperar la lectura de los diarios de Piglia, algo abandonados en los últimos días en aras del sofoco catalán.

Mandarina

La imagen puede contener: una persona
Dignidad, óleo de Liu Hong Yuan (n. 1976). Tomada de aquí.
Ni fruta ni color. La palabra, con su personaje cubierto por ropajes de seda, se paseaba sola bajo un quitasol pekinés.

miércoles, 11 de octubre de 2017

El invisible (d)

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Leyendo El mono gramático. Foto © AJR, 2017
Tal vez algún día llegue a saber por qué se esfumó al pasar la página.

martes, 10 de octubre de 2017

Sin fronteras

Óleo de A. de Vargas: «El niño tambor del Bruch», siglo XIX.
La carcajada entró por Port Bou y, tras resonar en todas las montañas sagradas, acabó en un escape de gas por la partes bajas del desfiladero. «Prosiga el Mosén», dijo el senador.

Pancho, un año

Pancho en la playa de las Catedrales, Lugo. 2011.
Que qué está pasando, me preguntás. Acá, en el lugar dudoso en que me encuentro, no es fácil responder. Sólo pasa lo que queda. No se si me.

La coartada

No hay texto alternativo automático disponible.
Imagen de autor desconocido.
Tampoco hoy tenía ninguna razón para seguir y sin embargo...

lunes, 9 de octubre de 2017

Sesión continúa

La imagen puede contener: nubes, cielo, océano, exterior, naturaleza y agua
Playa de La Higuerica, Pilar de la Horadada, Alicante. ©  AJR, 2017
En la playa, en septiembre, todo el mundo parece estar esperando a que empiece el fin del mundo. La película.

domingo, 8 de octubre de 2017

sábado, 7 de octubre de 2017

La belleza como ciencia

No hay texto alternativo automático disponible.
Lecturas en voz alta (📕7). No es un libro de lectura fácil, pero la tesis central de El mundo como obra de arte, del premio Nobel de Física de 2004 Frank Wilzczek, es muy sugerente: la búsqueda de la belleza no ha guiado sólo la actividad artística de la humanidad, es también el gran acicate de la investigación científica y, en particular, de la búsqueda de las leyes que gobiernan el universo, el gran empeño de la física actual.
En alguno de sus capítulos se muestra, por ejemplo, cómo en la más bien incomprensible física cuántica tienen una especial relevancia conceptos como el de simetría, armonía o proporción. O también cómo, por extraño que pueda parecer, las ecuaciones que cifran el comportamiento de los átomos o la luz coinciden con las que pueden dar cuenta de las características de los instrumentos musicales.
Como ejemplo del estilo y tomo del libro, copio el párrafo final de uno de sus capítulos:
 «La mente despierta encontrará placer no sólo en la belleza de los diamantes, que deslumbra a los ojos, sino también en la belleza oculta e interior de los superficialmente apagados borrones del lápiz, y del hollín, y de las finas hojas donde se acurrucan los felinos». (pg. 228)