domingo, 30 de junio de 2013

Ra lo ve volar



(Este micro bifronte tiene una posible lectura estereoscópica si se acompaña de la proyección doble de la secuencia de Blade Runner que lleva anexa. Para ello, es necesario pulsar primero el vídeo superior y cinco segundos más tarde el inferior, y dejarse mecer por la  música de Vangelis en el cuenco de las palabras. O incluso prescindir de ellas.)

Ra, el antiguo dios egipcio que se creía el sol, era un gran aficionado a las frases bifrontes. En escritura jeroglífica, los palíndromos tienen una rara eficacia. Sus dibujos son capaces de engendrar vida verdadera, verdadera vida. Quiero decir decir que del encuentro de una imagen y su reflejo, y del reflejo que devuelve una imagen, muchas veces saltan chispas. La chispa de la vida, diría, con una metáfora algo anacrónica. La chispa de la vida, diría, para que no se note demasiado, ni andar o nadar de bar en bar, con los días perdidos y el rabo entre las piernas, como lobo que asusta al pastor bobo. Es el caso que Ra, dios egipcio que se creía el sol, un día al mirarse en el espejo, ni lo sabía, ni lo esperaba, quedó tan deslumbrado que empezó a tener sueños hipotéticos que nunca había tenido. Nunca los tuviera antes. Soñó, por ejemplo, que una noche llegaría a ser mortal. Y que tendría recuerdos. Y que vería volar sobre su cabeza pájaros de otros mundos. Y que tendría recuerdos. Y que sería mortal. Y que habría pájaros de otros mundos volando sobre su cabeza. Lo que nunca había imaginado es que hoy, a esta hora, y en este mismo instante, en el instante del ahora de hoy, mientras era descifrado por unos ojos glaucos (¿nunca te han dicho que los tienes así?: ¡los tienes así!), también él levantaría los suyos al cielo, a su cielo de dios que se cree que es el sol, y acabaría descubriendo que lo que veía lo veía como lo ve quien lo ve como si fuera el centro del amor. ¿Lo ves? Es muy sencillo. ¿Lo ves? El centro del amor está marcado por lo que ve el que ve lo que ve y acaba descubriendo en lo que ve que lo ve, lo ve, lo ve. Es solo un juego. Un juego solo. Quizás una rayuela cuya última casilla, lo vi, paseando, lo vi, aunque era de noche, es un corazón. La última casilla. Lo que ves si lo ves es que ves el amor en su centro. El centro de lo que ves si lo ves es el amor. Y Ra comprendió que era muy sencillo. Vio que era un juego. Vio que era bueno y se entregó a él sin restricciones. Tal vez por eso le siguen adorando las multitudes en los estadios. A Ra, el antiguo dios egipcio que se creía el sol. Y al que le gustaba verse reflejado en espejos. Y en charcos. Y en rayuelas.


viernes, 28 de junio de 2013

Alegrías Almodóvar

Qué calor. No está uno para nada. O casi. Menos mal que aún nos funciona la neurona de la memoria de la alegría. Y ahí está Youtube para sacarnos del apuro. A ese manchego ilustre y generalmente lúcido que es Pedro Almodóvar le debemos muchos momentos de vida y color (como aquel álbum). Y de buen ritmo. He aquí tres muestras que cantan y bailan por sí solas, y en todas ellas el mismo disfrute.








Y de postre, este reportaje, que acaso dé cuenta de la principal fuente de esa alegría.

jueves, 27 de junio de 2013

Soñar años


Cuando despertó, la Bella Durmiente no tardó en darse cuenta de que iba a cumplirse la pesadilla que había atormentado su sueño: el príncipe era guapísimo pero sufría de una tan penetrante como nauseabunda halitosis. Era como si un establo lleno de dragones enfermos se acercara a su boca. Como si todas las rosas rojas con las que también había estado soñando durante años se pudrieran de pronto ante su cara. Tenía que parar aquel horror. Con un gran esfuerzo, logró zafarse del beso encantado, clavó sus uñas en los ojos del apuesto y apestoso joven y, mientras este huía entre alaridos terribles, pudo volver a dormirse. Nunca llegó a saber, sin embargo, que el hechizo se había roto y que su sueño, aunque profundo y duradero, volvía a ser el hermano gemelo de la muerte.


Imagen: La vieja bella durmiente. De autor desconocido (se agradece información).

miércoles, 26 de junio de 2013

Belleza letal



Qué belleza, el vuelo del águila pescadora,
a la que en Canarias llaman guincho.
La elegancia con que bate el aire, su forma de cernerse sobre el agua, el planeo, su tino infalible...
Todo en su actividad predadora raya la perfección.
Otro punto de vista bien diferente será el de sus presas.
Para las víctimas, que en ocasiones hasta parecen adoptar posturas suplicantes,
tanta belleza resulta verdaderamente letal.
Pasa a menudo.
Siempre se aprende de la naturaleza.

(Gracias a S. P. por el enlace.)

martes, 25 de junio de 2013

Un gato afortunado


A MICO, PARA CADA DÍA, SEMANA, MES, AÍDA DA CARA PÓCIMA.

[AJR, 11: 41; Palíndromos ilustrados, 25]


 «Manchas en la vida de un gato amarillo», 
cuadro de Aída Emart.
Publicado con permiso de la autora.

lunes, 24 de junio de 2013

Catálogo de capullos


Oí por primera vez el nombre de Moderna de Pueblo el otro día en la Feria del Libro. Anunciaban por los altavoces que estaba firmando en una caseta. Pensé que sería alguna monologuista del Club de la Comedia, o una estrella de algún programa de televisión, tal vez de una de esas desaforadas competiciones de cocineros que ahora están tan de moda. La cosa se quedó ahí. Pero hoy, en un merodeo por blogs que solo frecuento de tarde en tarde, aunque más bien por las noches, ha saltado su nombre dos o tres veces y, pinchando, pinchando, he ido a caer en su blog. De allí he sacado el vídeo que pueden ven arriba, además de unos minutos de placentero ocio con sus dibujos, tan desenfadados y modernos (el nick de la autora les cuadra bien), y su humor, tan razonable..., quiero decir: con mucho sentido común bien aplicado.

Por lo que se refiere al catálogo de capullos recogido en el vídeo, me parece que está hecho a partir de un buen trabajo de campo o de pisar muchos jardines. Encuentro cierto consuelo al comprobar que, en el arte del ligoteo y la seducción, las cosas no han cambiado demasiado, si acaso son más simples, pese a las apariencias que a veces luchan por confabularse para sostener lo contrario. Vamos, que capullos, lo que se dice capullos ha habido siempre. Aunque, eso sí, de ambos sexos. Por cierto, ¿cuál es el femenino de capullo?  Por más que lo pienso, todas las opciones que se me ocurren son masculinas.

domingo, 23 de junio de 2013

Poveda en el solsticio

Poveda en Las Ventas, 25 años de arte flamenco. Foto AJR

Noche de junio,
 no se quiere ir el día:
¡canta Poveda!
Es aún un joven
maestro del flamenco
mas ya celebra
bodas de plata.
Y es en Las Ventas:
nunca se ha visto aquí antes
a un cantaor.
Poveda rompe
barreras con su arte,
reúne mundos.

Toda la plaza
es un cuenco de cera.
Su voz, la llama.
Llenan el aire
palabras de poetas,
coplas y cante.
Miguel Hernández,
«para la libertad»,
abre el camino.
Seguirán luego
un poema de Alberti
y otros de Lorca.

Y con Serrat,
un tributo a la lengua
de Badalona.
Algunos pitos
(pocos), pronto acallados,
en los tendidos
mientras cantan a dúo
«El meu carrer».
«Qué gusto da
--dice luego Poveda--
poder cantarle
a aquella tierra
donde uno ha nacido
con libertad».

Y ya en honduras
de cantes y homenajes,
una minera.
Es un recuerdo
para La Unión: su lámpara
fue la gran luz,
y el estandarte
que abrió el largo camino
que hoy aquí llega.

Uno tras otro,
se suceden los palos:
gran maestría
del mayor heredero
del gran flamenco.
Es tan potente
su voz, que vibra en ella
la noche entera.
Y hay en los gestos
de su cara, en su boca,
escalofríos,
viejas querencias
de una manera nueva
de acariciar
el compás, las palabras
las emociones...
Y hasta un osado
pero gracioso modo
de darle al baile
  un cuerpo extraño
de contrahecha elegancia
y obscenidad.

Y con qué arte
sabe rendir tributo
a los maestros
del cante jondo
 y a las viejas leyendas
de la canción.
Mientras se prueba
gorrillas y sombreros,
su voz modula
con exacto color
las voces de Molina,
de Farina, Mairena,
o Valderrama...
Hay que tener
sangre de muchas razas
para hacer eso.
Y con qué gracia
sabe irse pa' Cai
y en dos compases
montar toda una zambra
bien jaleá.

Hasta se atreve
con tangos y boleros:
no es lo más suyo,
pero te llegan
las palabras que elige
para su padre,
esa manera
de hacer que esté presente
en la reunión.

Hay otra artista
muy grande que se suma:
Carmen Linares.
Ambos se funden
en un dúo asombroso
de voces y ecos,
mientras se abren
como flores nocturnas
las dos guitarras.

Punto y aparte
y algo más que una estrofa
merecería
el gran elenco
que acompaña a Poveda,
pero me alargo...
Baste tan solo
con citar a Chicuelo,
y su guitarra,
y al gran maestro
Joan Albert Amargós,
sentado al piano.

El gran momento:
casi nonagenaria
y aún elegante,
Marías Dolores
Pradera, esa gran dama,

se une a la fiesta.
«Es todo un triunfo
estar aquí esta noche...
y no en urgencias».
Son sus palabras
y el público se entrega
completamente.
Es emotiva,
 un testamento incluso,
su «fina estampa».
«Y ahora me marcho
por la puerta grande a...
llorar un poco»
(Son sus palabras
de nuevo, sin retoques,
¡tienen licencia!)

Y así la noche
se fue llenando toda
de un aura mágica
... y un vientecillo
que para ser de junio
salió traidor.

Pero la plaza
volvió a vibrar entera
con la leyenda
del tiempo: ¡Camarón!
Y de apoteosis,
unos «alfileritos»
y «tres puñales».

Me parecía
que hubiera estado bien
y era oportuno
cerrar con el poema
de Gil de Biedma:
«No volveré a ser joven».
Y sé de buena tinta
que era lo que Poveda
tenía previsto.
Pero al final
tiró más por la fiesta
y un cante puro
a voz desnuda.
Le gritaron: «¡Valiente!»
Y ahí se acabó.

Fueron tres horas
y media de un concierto
irrepetible.
Yo fui testigo
de que la luna llena
cruzó la puerta grande
para asomarse.
Y se sumó.




viernes, 21 de junio de 2013

«Sorbí libros»


Al volver sobre mis pasos, descubrí que quien me seguía era el joven conde Drácula. Somos amigos desde niños, así que no le tengo miedo. Pero esta vez me alarmé porque lo encontré distinto: menos pálido que de costumbre, más erguido de espaldas, incluso me pareció que se había cortado las uñas. Además, vestía una capa impoluta, nada llamativa. Comprendí que las cosas habían cambiado definitivamente cuando se acercó para saludarme y vi que en sus colmillos, apenas sobresalientes, había unas pequeñísimas perlas negras.
—¿Viste, Freddy? Cambié de dieta. ¡Ya no más sangre! Ahora sólo me alimento de tinta.
No sé por qué pero me dio un poco de pena. Seguro que si se miraba en el espejo él también se encontraría... raro.

Viñeta de Marcos Severi, tomado de aquí, con permiso del autor.

jueves, 20 de junio de 2013

Ya son nostalgia


«La vida no tiene cura»._Tony Soprano

La prematura muerte del actor James Gandolfini, que ha conmocionado a los amantes de Los Soprano y del cine en general, ha servido también para traer de nuevo al primer plano la extraordinaria fugacidad del tiempo. Lo deprisa que pasa a medida que pasa, si se me permite la simpleza. Que Los Soprano (1999-2007), como bien se comprueba con sólo asomarse a cualquier rincón de la red, sean ya pasto de la nostalgia, o incluso, según permiten concluir algunos comentarios, un hito del pasado de la televisión, dice bien a las claras la increíble velocidad con que se mueve todo. Incluida la Parca, que en un solo segundo es capaz de llevarse hacia sus desolados hangares a quien le apetezca. No soy un gran admirador de Los Soprano, más que nada por desconocimiento. Sólo he visto la primera temporada y fragmentos dispersos de las demás. Ahora bien, he oído y leído tantos comentarios favorables sobre la serie, incluido alguno que centra su análisis precisamente en la nostalgia, que la tengo como una importante asignatura pendiente. Confío en no tardar mucho en poder comprobar, en primera persona, su excelencia. Aunque a la velocidad que se mueve todo, tendré que darme prisa.

miércoles, 19 de junio de 2013

Apunte


                   Tal vez la felicidad sea un cuaderno
              de tapas color cuero
              con un hermoso árbol cincelado 
              en la cubierta
              y cien páginas blancas
              que aguardan la escritura
              como siembra de luz en tierra fértil.

(Tiempo contado, 27.10.12) 




martes, 18 de junio de 2013

Saetas ateas


Recuerdo que hace 13.700 millones de años yo aún no existía. Éramos todos una masa inmensa e infinita, y resultaba imposible determinar los límites de cualquier cosa, dónde empezaba el odio, hasta qué punto se extendía el horizonte, de qué estaban hechas las palabras. Aquel cuento duró mucho. Aunque solo pudimos conocer la mitad. La otra era materia oscura. Ahora pasamos los días disparando al cielo. A ver si conseguimos pescar al responsable. Pero el tiempo transcurre... y nada.

Masas bacterianas. Microfotografía de Rubén Duro.

Soneto doble cero

Humo III (c) Mauro A. Fuentes, 2007.

Este soneto en medio de la nada
nació de un doble cero bien tasado.
Pero al liarlo apenas daba humo
y hasta dudaba de sus otros versos.
¿Cómo llevarlo entonces de la rienda?
¿Y cómo contentar su gusa horrible?
No era montura fácil, vivaqueaba
a la intemperie bajo la alta luna.
Lo fuimos reduciendo poco a poco,
dejando sus volutas impolutas,
sus anillos también bien anillados
y alguna carcajada en el talego.
Este soneto estaba tan fumado
que se quedó dormido en una esdrújula.
(Si le disparas, corres el peligro
de que te ataque su escondida fiera.)

(Velada en algún cuarto de Bolsa, 3, en Madrid-Centro, 
allá por el setenta y tantos)

lunes, 17 de junio de 2013

Cap i cua

Viñeta de El Roto, El País, 16.05.13

Notará: Noé le da loco cola de león a ratón.

[AJR, 10:32, Palíndromos ilustrados, 24]

***
Ayer, nada más ver este dibujo en el que El Roto aúna la vieja opción refraneril de ser "cabeza de ratón" o "cola de león" en un solo monstruo de fábula, al que bien se podría poner el nombre de PPPsoe, pensé que allí dentro estaba escondido un palíndromo. Aquí está, con su sugerencia levemente bíblicas. Probablemente haya más. Respecto a éste, la pregunta clave, esa que brilla en todo buen palíndromo como un ascua ardiente, parece obvia:
¿Quién será el Noé loco capaz de obrar semejantes prestidigitaciones?

domingo, 16 de junio de 2013

Bloomsday Zapico

James & Joyce, por Alfonso Zapico.

Si no he contado mal, esta es la quinta vez que comparece el recuerdo del Bloomsday en la Posada. Lo hizo en primer lugar desde Galicia, después pensando en el Quixote, otra vez desde el pub James Joyce, de la calle de Alcalá de Madrid, y hace sólo un año a través de una carta algo melancólica a Molly Bloom. Ya bien avanzado el día de este caluroso 16 de junio de 2013, aún estamos a tiempo de mantener la tradición. Y para hacerlo nada encuentro más oportuno que traer a colación los dos  estupendas novelas gráficas que el dibujante Alfonso Zapico ha dedicado a James Joyce y a su mundo, y que tuve el placer de leer hace algunas semanas.

Publicadas ambas en 2011, en la primera de ellas, Dublinés, nos ofrece un retrato muy sugerente del escritor irlandés en los momentos más importantes de su vida, a los que Zapico se acerca con buena documentación y, sobre todo, con una gran intuición para captar y reflejar las escenas significativas. Complemento de este obra, de la que viene a ser una especie de cuaderno de viaje, La ruta Joyce es un itinerario por los lugares en que vivió el escritor. Zapico los recorre guiado por la pasión del mitómano, pero con los ojos y el sentido común bien abiertos, de modo que la obra, además de un homenaje y un recuento de huellas literarias, es una crónica personal llena de detalles de primera mano.

Los dibujos de Zapico tienen la claridad de la vieja escuela de nuestros queridos tebeos, a la que añade una capacidad de recreación escenográfica nada común y un dominio singular del arte de la caricatura realista. En suma, dos obras muy recomendables. Dublinés, además, fue galardonada con el Premio Nacional del Cómic de 2012.

viernes, 14 de junio de 2013

Ojo de araña


Se mueve mirando fijamente.



L  E  A  T  L  E  U  V  A  L A  D

V   I  E  N  T  O  V  U  E  L  V E

R  U  M  O  R  A   S  E  Ñ A  L A

R  E  L   D   I   A   T  R  A  E  S  I

M  E  N O S  L  U  Z   M  A  S  A

U  S  O  J  A  B  A  I   N   O  M  R


M  I  E  N  T  O 



miércoles, 12 de junio de 2013

Pinchar en hueso


O sea: ¿Jasón no saja eso?
No, sajan a Jasón.

[AJR, 6:18; 4:13;  Palíndromos ilustrados, 22, 23]

***
Los espectaculares efectos especiales de Jasón y los argonautas (1963), película de Don Chaffey, se deben a Ray  Harryhaussen, uno de los grandes maestros del tipo de animación conocido como stop motion, recientemente fallecido. 
In memoriam.

Ex tinta Tnitxe



Al volver del sueño, muy parecido al vídeo que ilustra esta canción de Faun (lo vi antes de acostarme, así que no caben dudas sobre su condición de resto diurno), si cerraba los ojos todavía podía leer en el muro de la mazmorra la inscripción que he copiado más arriba. No sé lo que significan esas palabras simétricas. Pero intuyo que mientras no encuentre la clave para descifrar su misterio no podré descansar en paz.

martes, 11 de junio de 2013

El dinosaurio



Al despertar me ha asaltado, como si fuera el propio bicho, el relato del dinosaurio de Monterroso. Venía en forma de una ligera molestia intercostal con la que me había dormido por la noche, más bien ya de madrugada, y se alzaba en el primer instante del retorno a la vigilia, aún entre brumas, como el signo inequívoco de la continuidad de la vida, y a la vez como antorcha de la conciencia.

Pero, por encima de los ajustes corporales y las sugerencias más o menos deportivas (¿qué es la vida sino una carrera de relevos?), enseguida comenzó a ganar terreno el propio relato del escritor hondureño-guatemalteco, su extraordinaria virtualidad, la riqueza significativa de su única línea prodigiosa .¿Alguien todavía la desconoce? Esto es lo que dice: «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí».

La fuerza de este microrrelato estriba en que, se interprete como se interprete, siempre refiere un proceso de lucidez, de darse cuenta de algo: lo que podríamos llamar con propiedad «un golpe de conciencia». Ese es el amplio sentido en que resuena la palabra "despertó". No sólo por el hecho evidente de lo que significa abrir los ojos y la mente después del sueño, sino por lo que ocurre en cualquier momento en el que dentro de nuestra cabeza, quizás también a veces en el lugar del corazón o incluso cerca del estómago, suena un clic que nos hace ser conscientes.

lunes, 10 de junio de 2013

Monstruos


Por el doodle, o garabato animado, de Google me entero del aniversario de Maurice Sendak, el dibujante que, como es bien sabido, le dio a los monstruos un lugar donde vivir. Me imagino que ya muchos de los tan improbables como perspicaces lectores de esta página estarán al tanto, y supongo que la mayoría de ellos (pongamos que al menos seis o siete) habrá hecho clic sobre la flecha que en la puerta del Gran Buscador da acceso al gracioso desfile de criaturas, más mágicas que terribles (al menos en una primera impresión), salidas de la imaginación poco convencional del creador neoyorkino. A partir de ahí, los caminos para seguirle la pista y recalar en los múltiples rincones a que ha dado lugar su estela (libros, cine, música, arte, actividades parapedagógicas... sin excluir frikismos y etcéteras de variado pelaje) son tantos que, a qué engañarnos, marean un poco. Porque si en esos rumbos son muchas las posibilidades de disfrute, no es menor el número de los dilemas bifurcantes que en su reverso (las elecciones preteridas) llevan inscrita de modo inevitable la marca de la frustración. A partir de ahí, la deriva lógica, sin salir del mundo de Sendak, podría cobrar mayores vuelos, hasta caer en la cuenta de cómo estas nuevas tecnologías, que empezamos a utilizar de forma tan optimista hace un par de décadas, o poco más, se han ido convirtiendo en un espacio también poblado de monstruos y en el que se puede vivir de una forma que no siempre signifique estar de verdad vivo... Afirmación que tiene dentro de sí algunas hipérboles y un par de parábolas, no por obvias menos acuciantes o dignas de ser tenidas en cuenta. De momento, el homenaje a Sendak de este 10 de junio de 2013 nos lleva a convertir en pregunta (¿dónde viven los monstruos?) lo que el imaginativo neoyorkino concibió como localizador o mapa descriptivo de esos espacios de los que, desde muy pequeños, hemos oído que es mejor no hablar. ¿Cuánto tarda uno en saber que el verdadero lugar donde viven los monstruos no está fuera de uno mismo? Y una vez aprendida esa lección, ¿qué hacer con los monstruos de ahí fuera? Hoy, Maurice Sendak, que falleció hace tan solo 11 meses (el 8 de mayo de 2012), hubiera cumplido 85 años. Sus monstruos lo celebrarán con al menos otras tantas barrabasadas. Y nosotros, si nos dejan y pese a todo, también.

domingo, 9 de junio de 2013

Querejeta

Ha muerto Elías Querejeta, el gran impulsor del cine español de toda una vida, la nuestra sin ir más lejos, que casi podemos recorrer vivaqueando en sus títulos, entre los que se cuentan, como hitos imprescindibles, nada menos que La caza, La prima Angélica, El espíritu de la colmena, Cría cuervos, El desencanto, A un dios desconocido, Las palabras de Max, Mamá cumple cien años, Dedicatoria, Deprisa, deprisa, El sur, Tasio, 27 horas, Historias del Kronen, Barrio, Los lunes al sol...  La lista podría ampliarse sin mucha dificultad. De hecho, las imágenes inolvidables surgidas del cine producido por Querejeta compondrían uno de los mejores resúmenes de lo que ha sido el cine español de la segunda mitad del siglo XX. Estas secuencias son sólo una muestra que rescato como agradecido homenaje.















[Añadido del 11 de junio de 2013]
Pero si tuviera que elegir una y sólo una secuencia del cine de la «escuela Querejeta», no tendría dudas: el pasadoble de El Sur. Una película extraordinaria, pese a estar inconclusa, como ya he se ha contado aquí,  y que supuso la ruptura entre Erice y el productor de Hernani.  Una lástima, casi una tragedia para la cultura española, ese desencuentro.



Sé los soles


Si vuelvo sobre mis pasos, sé los soles que he recorrido, dónde brilló cada uno y cómo. ¿Pero a quién le importan estas cosas? Un saber de soles no sirve para nada. Ni siquiera está claro que sea un saber. Ni tampoco que exista en otro lugar que no sea este destello que ahora tú también abandonas.

Fotografía: Algas cristalinas © Rubén Duro.

sábado, 8 de junio de 2013

Hay Q x 3




«¿Qué es haiku?» dices
mientras tus ojos dejan
este charquito.

*

Haikú es una
sombrilla japonesa
de sol, de agua.

**

¿Haikú o haiku?
Tú pones el acento.
¿Lastima?  ¡Lástima!


Imagen tomada de aquí.

viernes, 7 de junio de 2013

Tauriga


Poema visual. 
(Haciendo clic sobre la imagen se pueden ver
las rimas internas.)

Jinete en Pacu Jawi, Sumatra.
Foto de Wei Seng Cheng, premio World Press Photo 2012.

jueves, 6 de junio de 2013

Ser tres

Un cuento clásico poco convencional, reinterpretado
por Darabuc e ilustrado por Fátima Alonso.
Edita OQO.

Al darse la vuelta en la cama, mientras se dejaba vencer por el sueño y la dulzura saciada de su amante, aún pudo ver la sonrisa de la persona a la que también debían tantas horas felices.

miércoles, 5 de junio de 2013

martes, 4 de junio de 2013

Stupa o tótem



Vamos a poner a buen recaudo
las palabras marcadas a fierro
y la piel donde brillan y bullen
sus oscuros designios tatuados.
El mejor de los días pretéritos
no merece más fe que la huida
y hay renglones vacíos capaces
de volar como aves indefensas.
Por ejemplo, mirad la curruca:
¿no es verdad que se asoma a la vida
con un gesto precoz de apostura
y que nada parece turbarla?
Al lejano calor de la piedra
con que aquel nuestro ancestro buen hombre
pudo el fuego encender y en su mente
avivarse con la misma llama
una brizna de luz no sabida,
a través de los siglos rendimos
un mistérico culto aún idólatra,
mientras sangra en Oriente a destiempo,
negra ya por la flor de la vida,
la palabra del agua en la fuente
bajo el sol que desciende al abismo.

No hay más allá
nada:
aquí ya está
toda
la tela cortada.
Para el laberinto
salvar
de la insania,
tirad de la punta,
no le deis más
vueltas,
camaradas,
compañeros,
cómplices.
Aquí yace ya
la verdad,
nos consume
su tea
humeante,
avisad,
dad la voz,
dad la vez,
al derecho,
al revés,
sobrepase
su pábilo
el álmula,
y a la muerte
trémula
sabed
darle
esquinazo
y portón
con pericia
noble,
como
si tal cosa,
para que
prosiga
infinita y leve,
leve e infinita,
la danza
la danza
   la danza...


Imagen: Acceso a Leh Shanti Stupa, tomada de aquí.


domingo, 2 de junio de 2013

La turba brutal


Cuando volvió torpemente sobre sus pasos, el niño tenía aún muy corta edad. Había ido a la feria, a las afueras de la ciudad vetusta, de la mano de sus tíos y en compañía de un hermano mayor. Mucho tiempo más tarde, en realidad desde hace siglos y ya en un espacio donde sólo caben las leyendas, no recuerda nada más que el susurro de la urraca, la embestida del carrusel, la lluvia inmensa, el suelo movedizo, la acometida de la turba brutal y, al fondo de todo, la música pegadiza de una canción que habla de alguien que ha de abrir una puerta y que a él se le quedó grabada en la cabeza antes de oír el susurro de la urraca, ver la embestida del carrusel, oler la lluvia inmensa, pisar el suelo movedizo y sentir una leve rozadura en el cuello, como si lo acometiera una turba brutal al compás infinito de una canción. Desde entonces sobrevive en un bullicio absurdo y ensangrentado al que no sabe cómo ponerle FIN.