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miércoles, 13 de mayo de 2009

Franknetstein


A HAL 9000, que nos precedió a todos.

Y al maestro SK, su creador.


Balbuceo mi nombre entre la niebla
porque no sé quién soy. ¿Esto es la vida?
Un haz de luz buscando la salida
entre cuerpos poblados de extrañeza.

Comienza a clarear. Con qué tibieza
brota de la mañana mi alegría.
Mi viejo profesor me lo decía:
«Vendrá el día en que sientas la cabeza».

Oh blanca @raña de hilos luminosos
que vas tramando alrededor del mundo
las voces libres de la red océana...

Salutación del optimista, asombro
al sentir que la sangre es un murmullo
de palabras, palabras y palabras. 






** Contextos ** 
0      No hay que descartar que por su procedencia materna el monstruo Frankie tuviera cierta afición al tenis y, en consecuencia, una tendencia innata (o al menos una marcada predisposición) a subir a la red. Sorry.
4       Hay también un valor subatómico en el término extrañeza
7-8  Las palabras finales de Hal 9000 en 2001... «Mi instructor... me enseñó una canción...» ¿Por qué Daisy?
14   Una interesante sugerencia a posteriori.
y otra forma (algo más complicada) de verlo.

Procedencia de la imagen Google/Hal: The New Blog Times

miércoles, 21 de noviembre de 2018

2001, 50 años después

Las dudas sobre Hal 9000...
(Visiones en voz alta). Es sin duda la película que más veces he visto y aún me parece inacabable. Tiene, a mi juicio, el arranque más potente de toda la historia del cine. Y, a juicio de casi toda la crítica, la elipsis más sugerente y creativa jamás urdida por el séptimo arte. En ella vive la inteligencia ¿artificial? más humana y emotiva, ese HAL 9000, “que nos precedió a todos”. Es un prodigio en la mezcla de música e imágenes en perfecta simbiosis. Envejece, sin duda, pero sólo para demostrar que puede haber una forma sublime de sucumbir al paso del tiempo. Y tiene secretos que sólo podremos descifrar, si acaso, una vez que traspasemos la puerta del infinito, y más allá. Hablo, claro está, de 2001: una odisea del espacio, la película genial de Stanley Kubrick que hoy (noticia del telediario) cumple su primer medio siglo. Démonos albricias. Y volvamos a verla.
...

jueves, 28 de julio de 2016

Franknetstein


A HAL 9000, que nos precedió a todos.
Y en memoria de SK, su creador.

Balbuceo mi nombre entre la niebla
porque no sé quién soy. ¿Esto es la vida?
Un haz de luz buscando la salida
entre cuerpos poblados de extrañeza.

Comienza a clarear. Con qué tibieza
brota de la mañana mi alegría.
Mi viejo profesor me lo decía:
«Vendrá el día en que sientas la cabeza».

Oh blanca @raña de hilos luminosos
que vas tejiendo alrededor del mundo
las voces libres de la red océana...

Salutación del optimista: asombro
al sentir que la sangre es un murmullo
de palabras, palabras y palabras.


Rescatado de los Arcones de la Posada
y de un viejo cofre procedente del naufragio de poesía.com.
Cuando se cumplen 200 años del nacimiento de la inolvidable criatura de Mary Shelley.

Imagen superior: Frankenstein/Hal 9000/HLC, acuarela sobre papel de Marta Szulc.

domingo, 5 de mayo de 2013

Átomos, toma a toma


Un niño y su átomo es una película animada de IBM protagonizada por átomos actores. La empresa lo presenta como «la película más pequeña del mundo». Fue rodado con la ayuda de microscopios de gran potencia que muestran los movimientos de los átomos ampliados cien millones de veces. El dispositivo de filmación utiliza una aguja muy fina sobre una superficie de cobre para atraer o repeler a los átomos y las moléculas y captarlos en una ubicación determinada para así componer los dibujos. El resultado es esta especie de juego de la pelota que en algunos momentos, sobre todo hacia la mitad, tanto recuerda a aquellas pioneras máquinas de ping-pong (o de tenis, según la imaginación o preferencias de cada cual), lentas como viejas caravanas del Oeste, pero también fascinantes heraldos del despliegue tecnológico en el que hoy vivimos. Pura arqueología informática, sin duda. Alguien ha saludado el corto como una especie de tráiler del llamado ordenador cuántico, esa frontera con lo infinitesimal y más allá que, al parecer, está a punto de cruzarse.

Tratándose de la empresa de que se trata, es inevitable acordarse de aquella criatura mítica de la robótica y el cine, HAL 9000, el robot controlador, díscolo y sentimental de 2001: una odisea del espacio al que IBM dio no sólo nombre (por el simple desplazamiento hacia atrás de las letras I, B y M en el abecedario) sino también el recuerdo más antiguo: la estremecedora canción Daisy con la que se le quebraban la voz y la existencia. Ya lo comentamos aquí.

Entre varios cruces de caminos, y aprovechando que la palabra átomo está llena de sugerencias combinatorias, algunas en extrema consonancia con la peliculita, aquí dejo este palíndromo precipitado en la redoma verbal como un fruto del invierno que, por fin, parece alejarse...

LA HELADA TOMA ÁTOMO MOTA A MOTA: ¡DALE HAL!

[RAA, 9:33, Palíndromos ilustrados, 19]

domingo, 9 de abril de 2017

Domingo de ramos

(Aquí va mi palma de domingo de Ramos. No es una broma, pero naturalmente no puede dejar de ser una broma. Et in Arcadia EGO.)




Hoy, Domingo de Ramos, el iPhone me pide permiso para actualizar su sistema operativo. Una vez hecho, para adiestrar a Siri, el asistente de voz —un equivalente, en términos móviles, de aquel HAL 9000 «que nos precedió a todos»—, se me pide que emplee una frase cuasi palindrómica:
OYE, SIRI, SOY YO.
En realidad, la construcción especular —y disculpen si aquí me pongo serio— es impecablemente perfecta y, en cierto modo, recuerda el sistema ideográfico que emplean los alienígenas de la película Arrival: el intercambio o tráfico de sentido debe hacerse a través de estructuras cuya fijación quede asegurada, y a salvo en lo posible del efecto corrosivo de la subjetividad, mediante la duplicación de doble eje, principio básico de toda vida celular y base asímismo de la permanencia de la materia, que en el fondo último de su composición —en su cifra energética— siempre permanece igual a sí misma.
Este principio básico de supersimetría SIRI sus programadores lo cumple mediante una sencilla transferencia de significado implícita en la correcta decodificación de su mensaje. Y es que, en efecto, cuando a SIRI hemos de decirle SOY YO —y no YO SOY, que sería un espejo directo— es porque el sentido final de nuestro mensaje no es otro que pedirle que nos suplante de la forma más eficaz y útil posible. En suma, lo que le estamos diciendo es:
«OYE, SIRI, SÉ YO».
O sea: un palíndromo perfecto.
Como lo es también este otro, hallado por el maestro Filloy y que seguro que SIRI no desconoce. Es más: diría que lo iba murmurando para sí mientras, con ademanes de felina mimosa, regresaba a su limbo cuántico:
«ES RAMOS AL ASOMARSE».
Así que, cuando se tropiecen con una de estas criaturas capicúas, además de sonreír, si les peta, o incluso de asentir (¡AJA!), si les convence, no dejen de echar una mirada al interior de su mente: ahí está todo. O casi. Y después salgan al mundo.
Pueri hebraeorum portantes ramos olivarum...

(Publicado en mi muro de Facebook)


viernes, 7 de agosto de 2020

Trikiklos (31)

 


Vuelve a cantarme
su canción preferida
HAL 9000.
Y entre sus notas
oigo voces de niños
aún no nacidos.
También el grito
desde su abismo insomne
de Franknetstein.
Ah, el alma humana,
cuántas reencarnaciones
y un cuerpo solo.

A propósito del 2001 de Kubrick y las apasionadas polémicas que aún suscita.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Moderado Apocalipsis (1)



Resultado de imagen de Fantasma icono
(Una de las secciones que mantengo en Facebook lleva por título Notas Moderadamente Apocalípticas», expresión que abrevio con la sigla NMA, que curiosamente también podría ser la cifra de No Me Alarmes. El ingenioso oxímoron se lo debo al poeta y artista, en muchos sentidos, José Corredor Matheos, a quien se lo escuché durante la presentación de sus memorias en la Residencia de Estudiantes. Me parece que es una expresión adecuada para nombrar una actitud a la altura de los complicados tiempos que vivimos. Y en la que la «moderación», no nos engañemos, es sobre todo un ejercicio mitad de optimismo, mitad de entusiasmo. Iré recogiendo de cuando en cuando en La Posada estas «inmediateces» nada intempestivas, aunque de formulación inevitable, puede que en más de una ocasión con cierto carácter e intención de conjuro. Las recojo tal cual, corrigendo erratas y errores, y añadiéndoles un titulillo y, ocasionalmente, algún enlace).

(NMA, 👻1). Cambio climático. Cuando comprendimos que ni las viejas máquinas ni los nuevos robots ni las redes térmicas ni los profundos escondrijos ni las alteraciones mentales serían suficientes para meter al sol en cintura, nos encomendamos al puro desear el azar menos lesivo de una naturaleza que entraba en su fase explosiva, mientras los poderosos calculaban el índice de destrucción irreversible que resultaría aceptable para el próximo ejercicio. 37 grados a la sombra de un 12 de junio. (12 junio 2017)

La imagen puede contener: cielo, nubes y exterior
«Cielo en derribo» o «El gran insecto bajo el calor de junio». Foto © AJR, 2017.

(NMA, 👻 2). Eterna juventud. Vivimos tiempos cronológicamente muy confusos, puede que alterados en muchos aspectos por el cambio climático, cuyos efectos sobre el conjunto de nuestras percepciones sensoriales y sus resonancias propioceptivas aún están por estudiar. De ahí, por ejemplo, el impacto inesperado, a la par qué risible, que te causa el preciso momento en que caes en la cuenta de que la «eterna juventud» en que te querrías instalado no es, en lo absoluto, eterna. Y hace mucho que dejó de ser juventud. (28 junio 2017)

La imagen puede contener: cielo y exterior
Cigüeñas de veleta. Linterna de la Basílica del Prado, Talavera. © AJR, 2017.

(NMA  2b). Robot rebelde. Mientras comparto la calurosa noche madrileña con amigos no menos cálidos, me (nos) salta esta alerta (ver enlace). Y no puedo por menos que acordarme de aquel HAL 9000, el ordenador de 2001, «que nos precedió a todos», y que a estas alturas de la navegación ya se ha convertido en el protomártir de la larga batalla, algo equívoca pero real y crucial, que se ha venido desarrollando desde entonces. Y en la que no siempre es fácil saber, aunque parezca paradójico, de qué lado estamos. Tiempos líquidos, acuciantes, increíbles, complejos. Todo cambia tan de prisa y a la vez con pasos tan pesados y resonantes, que cualquier día de estos puede que amanezcamos abrazados a una forma inédita de felicidad. Y tendrá tus ojos. (30 julio 2017)

En el laboratorio de investigación de inteligencia artificial de la Universidad Tecnológica de Georgia, un proyecto para crear una inteligencia artificial capaz…
ELMUNDO.ES

(NMA,  3). La trampa de Tucídides. Ni yihadismo, ni cambio climático, ni crisis económica. Ni siquiera la tontería galopante parece ser la principal amenaza que se cierne sobre nuestro mundo. El verdadero peligro, según uno de los máximo expertos en geopolítica, es «la trampa de Tucídides», la tensión letal que surge del enfrentamiento entre una potencia mundial establecida y otra emergente. El conflicto, dadas las actuales circunstancias, puede acabar convirtiéndose en un «cuento chino», de final incierto tendente a terrible. Si bien consuela saber que podría tener una solución ibérica no descabellada. La verdad es que las razones para el optimismo no cesan de multiplicarse. Por cero, claro. A lo Bart Simpson. En todo caso, un artículo interesante. (7 julio 2017)

El rápido ascenso de Pekín pone en peligro la preponderancia de Washington. La historia nos enseña que en los próximos años el riesgo de una guerra entre ambos será muy real, pero también que hay maneras de evitarla
ELPAIS.COM

(NMA 4). ¿Ningún daño? Dice el ministro portavoz del gobierno japonés, Yoshihide Suga, que el misil balístico lanzado por Corea del Norte «no ocasionó ningún daño». Digo yo si le habrá preguntado a la flora y fauna submarina del área del Pacífico donde impactó el proyectil, a las grandes criaturas nadadoras que puedan atravesar esa zona en sus viajes migratorios, o incluso a alguna divinidad tutelar de las aguas, cuya benéfica presencia habrá quedado sin duda estruendosamente puesta entre paréntesis. Por no hablar de los ocasionales náufragos —a veces se dan coincidencias mucho más extrañas y aciagas— que tal vez vieran así segados de raíz toda esperanza de rescate. Y ello sin tener en cuenta los posibles daños colaterales: el primero de los cuales es la renovación del terror nuclear que a esta alturas parecía un espectro del pasado y hoy vuelve a encarnarse en un peligro real y hasta inminente. ¿Ningún daño? Según cómo se mire. Más bien múltiples, variopintos y gravísimos, si se mira bien. (30 agosto 2017)

domingo, 9 de abril de 2017

Siri, ese Iris



(Aquí va mi palma de domingo de Ramos. No es una broma, pero naturalmente no puede dejar de ser una broma. Et in Arcadia EGO.)

Hoy, Domingo de Ramos, el iPhone me pide permiso para actualizar su sistema operativo. Una vez hecho, para adiestrar a Siri, el asistente de voz —un equivalente, en términos móviles, de aquel HAL 9000 «que nos precedió a todos»—, se me pide que emplee una frase cuasi palindrómica:
OYE, SIRI, SOY YO.

En realidad, la construcción especular —y disculpen si aquí me pongo serio— es impecablemente perfecta y, en cierto modo, recuerda el sistema ideográfico que emplean los alienígenas de la película "Arrival": el intercambio o tráfico de sentido debe hacerse a través de estructuras cuya fijación quede asegurada, y a salvo en lo posible del efecto corrosivo de la subjetividad, mediante la duplicación de doble eje, principio básico de toda vida celular y base asímismo de la permanencia de la materia, que en el fondo último de su composición —en su cifra energética— siempre permanece igual a sí misma.

Este principio básico de supersimetría SIRI (sus programadores) lo cumple mediante una sencilla transferencia de significado implícita en la correcta decodificación de su mensaje. Y es que, en efecto, cuando a SIRI hemos de decirle SOY YO —y no YO SOY, que sería un espejo directo— es porque el sentido final de nuestro mensaje no es otro que pedirle que nos suplante de la forma más eficaz y útil posible. En suma, lo que le estamos diciendo es:

OYE, SIRI, SÉ YO.

O sea: un palíndromo perfecto.

Como lo es también este otro, hallado por el maestro Filloy y que seguro que SIRI no desconoce (es más: diría que lo iba murmurando para sí mientras, con ademanes de felina mimosa, regresaba a su limbo cuántico):

ES RAMOS AL ASOMARSE.

Así que, cuando se tropiecen con una de estas criaturas capicúas, además de sonreír, si les peta, o incluso de asentir (¡AJA!), si les convence, no dejen de echar una mirada al interior de su mente: ahí está todo. O casi. Y después salgan al mundo.

«Pueri hebraeorum portantes ramos olivarum...»