jueves, 4 de febrero de 2016

Goyas en telegramas (guau, guau)

No es Truman, sino su hija. Pero también apunta maneras.
No ha sido este una año en el que haya podido prestar la atención debida al cine español. De hecho, aún estoy a la espera de poder ver algunas de las películas que optan a los grandes premios. La de Coixet, por ejemplo, a la que persigo a la peli sin suerte desde hace meses. Pero no quiero romper con una tradición de La Posada. Así pues, sin preámbulos ni apenas comentarios, más bien telegramas, aquí va mi quiniela anual de los Goya. Que gire la ruleta. Y a ver qué pasa.

Goya de honor: Mariano Ozores. Un premio a un apellido, a una gran saga. Y a una fuente permanente de trabajo.

Mejor película: La novia. Una apuesta estética, sugerente desde el punto de vista escenográfico, con poderío visual. Y la palabra en gracia de Lorca. Aunque con exceso de cristales, algunos tiempos muertos, varios ringorrangos y desiguales interpretaciones.

Mejor dirección: Cesc Gay, por Truman. La que más me ha gustado de la cosecha anual. Una delicada y firme manera de mostrar que la vida es una conversación pendiente. No sería injusto que ganara también el de mejor película. 

Mejor actriz protagonista: Inma Cuesta, por La novia.  Grande Inma, belleza rotunda. Y trágica. Tiene rivales de prestigio internacional (Binoche, Penélope), pero intuyo que se acabará imponiendo. 

Mejor actor protagonista: Ricardo Darín, por Truman. Otro gran papel del que tal vez sea el mejor actor hispánico de un momento que ya dura una década. O dos. Cualquier otro resultado sería sorprendente.

Mejor guion original: Cesc Gay y Tomàs Aragay, por Truman. No era fácil contar con equilibrio y eficacia esta historia. Lo han conseguido. Desde el abrupto principio hasta el delicado final. (Ojo al dato, que decía aquel: será, creo, la primera vez que un premio Goya dos, si se cuenta el siguiente sea entregado por un premio Nobel. Aunque don Mario bien podría acudir cualquier día en calidad de nominado. Y no sólo en plan estrella consorte. Y con suerte. Si no, al tiempo).

Mejor guion adaptado: Fernando León, por Un día perfecto.  Sus diálogos, una vez más, son simplemente perfectos. Cada palabra en su sitio.

Mejor actriz de reparto: Elvira Mínguez, por El desconocido (o Luisa Gavasa, por La novia). La escuela de actrices española: un manantial que no cesa.

Mejor actor de reparto: Javier Cámara, por Truman. Porque no hay goyas ex aequo, que si no... Darín-Cámara, con su canto a la amistad, son la pareja perfecta.

Mejor actriz revelación: Irene Escolar, por Otoño sin Berlín. Para que se alegre mi colega Manuel... Aunque Antonia Guzmán, la abuela candeledana de Daniel Guzmán, a sus 93 años, marcaría un hito. Ella es el gran acierto de A cambio de nada.

Mejor actor revelación: Miguel Herrán, por A cambio de nada. Naturalidad, como si nos lo acabáramos de encontrar en la calle. Curiosamente, su principal rival será el director Fernando Colomo en su Isla Bonita (en la que, por cierto, se ha revelado también como actor el publicista Miguel Ángel Furones, viejo amigo).

Mejor dirección novel: Daniel Guzmán,  por A cambio de nada. Tiene antecedentes (de Barrio y por ahí, incluso hasta Plácido), pero esta ópera prima resulta convincente. Será porque es verdad. Ahora bien, si en el escenario se oye la palabra "ventana", en la recogida del premio, será porque ha ganado Leticia Dolera con Requisitos para ser una persona normal. Avisados quedan.


Y en las demás categorías:

Mejor música original: Alberto Iglesias, por  Ma ma.
Mejor canción original: «Palmeras en la nieve», de Palmeras en la nieve (canta Pablo Alborán; autores: Lucas Vidal y Pablo Alborán).
Mejor dirección de producción: Luis Fernández Lago, por Un día perfecto.
Mejor dirección de fotografía: Miguel Ángel Amoedo, por La novia
. Aquí me parece que va a verse un duelo entre la arena (de La novia) y el hielo (de Nadie quiere la noche, de Coixet).
Mejor montaje: David Gallart, por Requisitos para ser una persona normal 
Mejor maquillaje y/o peluquería: el equipo de Palmeras en la nieve.
Mejor dirección artística: Jesús Bosqued Maté y Pilar Quintana, por La novia.
Mejor diseño de vestuario: Paola Torres, por Mi gran noche.
Mejores efectos especiales: Lluís Rivera y Lluís Castell, por Anacleto: agente secreto. Pero ojo a Mi gran noche.
Mejor sonido: el equipo de La novia.
Mejor película de animación: Meñique, de López Louro y Padrón Blanco.
Mejor película documental: Sueños de sal, dirigida por Alfredo Navarro.
Mejor película iberoamericana: El clande Pablo Trapaero.
Mejor película europea: Camino a la escuela, de Pascal Plisson.
Mejor corto de ficción: Cordelia, de Gracia Querejeta u Honorio dos minutos al sol, de Ramírez-Gisbert.
Mejor corto documental: Regreso a la Alcarria, de Tomás Cimadevilla Acebo.
Mejor corto de animación: La noche del océano, de María Lorenzo.


Aciertos.





7 comentarios:

Antonio del Camino dijo...

Pues estaremos atentos a la pantalla, y a darte, una año más, otra medalla de oro por tu tradicional buen tino.

Un abrazo.

Navajo dijo...

Para no haber prestado demasiada atención al cine español te veo muy puesto (o súper-puesto, que se podría decir). Como no he visto "La novia" (irrefrenable pereza, casi procrastinación, a ese sangrante universo lorquiano, tan español, caballo jerezano incluido) no puedo opinar al respecto. También me asusta un poco a priori la Coixet en la nieve, con su grande dame Binoche. Como ves, alérgico a la plástica; pero coincido plenamente en la valoración de la tropa de Truman, la admiración por ese chico gordito de "A cambio de nada" (¡cómo se agradece la ausencia de melodrama que tanto lastraba "Barrio"!) y la sencilla eficacia de "Un día perfecto".¡Feliz noche de goyas!

Alfredo J Ramos dijo...

Gracias, Antonio. Si por lo menos pasamos un buen rato, no estará mal. Abrazo.

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No creas, Navajo. Son recursos de jugador de mus (juego que no domino, para más inri). Entre la cada vez mayor fugacidad de las películas en cartelera (eso contando con que se estrenen, que no siempre es el caso) y la inversión que hay que hacer en las entradas, cada vez es más difícil ver cine en el cine. Al final, Movistar+ mediante, he podido remediar algunas lagunas (pero no es lo mismo). Y también gracias a los cines de mi pueblo. Porque en La Prospe nos han dejado como antes de los Lumière, o sea, a dos velas. Por cierto, estamos lanzando una campaña para convertir la antigua Sala Morasol en algo así como La Filmo 2. Un día de estos te mando la propaganda. ¡Feliz noche goyesca! Como no la voy a poder ver en directo –quiero decir televisada–, espero que la cuentes en La Reserva con tu proverbial cordura navaja (¡perdona el embolao!)...

Antonio del Camino dijo...

Así, a bote pronto, diría que no ha ido mal la quiniela, y que, en esencia, has dado en el clavo en casi todos los premios gordos. Chapó un nuevo año.

Abrazos,

Alfredo J Ramos dijo...

Gracias, Antonio. Y, en efecto, en las categorías más destacadas ha habido bastante coincidencia entre lo pronosticado y la opinión de los académicos. Un abrazo.

Navajo dijo...

Buen recuento de dianas. Lástima el insospechado sorpasso (que no digo inmerecido) de Natalia de Molina. Todavía no tengo claro si esta chica, que ya ganó el Goya a la mejor actriz revelación hace dos años, es así de buena o es que siempre interpreta a un tipo de mujer muy parecido a ella. He dejado la crónica en la Reserva, tal como me dijiste.
Saludos

Alfredo J Ramos dijo...

Gracias, Navajo. Se cumplieron los pronósticos y creo que realmente ha ganado la mejor película. Tampoco yo tengo criterio acerca de esta actriz de carrera meteórica. Su trabajo en Vivir es fácil... fue una agradable sorpresa, favorecido también por una historia muy bien contada. Creo que el duro papel que le ha valido este Goya tiene poco que ver, pero como aún no he visto la peli no puedo opinar. Ya he leído tu minuciosa crónica de la gala, y a través de ella he podido ver algunos de los momentos más interesantes, en especial las emociones en torno al filme de Dani Guzmán y el muy gracioso duelo de las napias. Dani Rovira lo hizo muy bien y estuvo sublime en la andanada destinada a Montoro. El problema kilométrico de los agradecimientos parece no tener solución. Aparte de eso, me parece que Darín fue la gran estrella.